Monday, July 18, 2016

Atropellado arranque de la economía colaborativa

La entrada de Uber Technologies a Puerto Rico a principios de esta semana logró
convulsionar la opinión pública del País levantando una diversidad de reacciones,
unas a favor y otras en contra, muchas de ellas con repercusiones violentas y de
carácter jurídico. La razón principal del debate es que la empresa con sede en
California decidió iniciar operaciones en la Isla, activando el uso de su aplicación
para que conductores y usuarios se beneficien de su modelo de transportación
colaborativa, sin que exista aún un reglamento oficial que aplique a compañías como
Uber o su competencia Lyft, conocidas como Empresas de Red de Transporte (ERT).
Esta acción motivó la ira de los taxistas, que han tomado la situación como una
provocación y un acto de competencia desleal, al punto que se han lanzado a la calle a
perseguir y atacar a los conductores de Uber, incurriendo, incluso, en querellas
criminales.

Además, la situación llevó a la Comisión de Servicio Público (CSP), entidad
gubernamental que reclama los derechos para fiscalizar a Uber, a radicar en el
Tribunal de San Juan un recurso de cese y desista para obligar a la multinacional a
suspender sus operaciones en la Isla, hasta tanto esta no se someta a su escrutinio.
Una acción que logró, pese al rechazo de Uber, con una orden judicial emitida en
horas de la noche del viernes por la jueza Rebeca de León, que obligó a paralizar
hasta nuevo aviso los servicios de la empresa de transporte.

Aunque existe un borrador de un reglamento producido por el Departamento de
Transportación y Obras Públicas (DTOP) para regular las ERT, que aún no ha sido
oficializado, la realidad es que en estos momentos no hay ningún precedente normativo que haga referencia a modelos de negocio basado en la economíacolaborativa, como el que utiliza Uber.

Economía colaborativa
Una publicación reciente preparada por la entidad sin fines de lucro Foundation for
Puerto Rico sobre el concepto de economía colaborativa o “sharing economy” (en
inglés), establece que éste es un término relativamente nuevo que responde a los
cambios recientes en la manera en que los consumidores adquieren y administran
bienes y servicios, e identifican nuevas oportunidades económicas en el compartir
con otros consumidores bienes que le pertenecen. En el caso de liber, se trata de
conductores que comparten su auto propio para ofrecerle transportación a otras
personas con necesidad de movilización.

Estimados publicados por la firma de investigación económica
PricewaterhouseCoopers indican que el modelo económico colaborativo actualmente
genera unos $15,000 millones anuales a nivel mundial y se espera que para el 2025
alcance los $335,000 millones anuales.

Además de Uber, este modelo incluye a muchas otras empresas donde se comparten
o intercambian bienes y servicios, tanto para los beneficios monetarios como no
monetarios. Una de las pioneras en esto lo fueron eBay y Craiglist, plataformas
donde particulares pueden vender sus bienes o servicios.

No todos son Uber
En la economía colaborativa pueden entrar múltiples jugadores de diversas
industrias, pero hasta ahora el modelo ha sido probado con éxito en sectores como el
de hospedaje, con aplicaciones como Airbnb y Homeaway, donde personas con
habitaciones o propiedades disponibles para la renta las hacen disponible a otras
personas por corto tiempo.

De igual modo, este modelo colaborativo ha demostrado ser exitoso en otras áreas
como el consumo de alimentos, con aplicaciones como Feastly, donde le permite a
chef o cocineros individuales poder ofrecer experiencias culinarias novedosas y
distintas en diferentes localidades, incluso en sus casas. También ha sido efectivo en
industrias como el entretenimiento, bienes de consumo, agricultura y hasta en las
finanzas, donde plataformas como KickStarter, se han propuesto como oportunidad
para que individuos puedan donar dinero a diferentes causas o proyectos.
Desde su lanzamiento en 2009, KickStarter ha contado con la participación de más
de u millones de personas que han donando sobre $2,500 millones a más 107,000
proyectos.

En Puerto Rico, Airbnb, por ejemplo, ha reportado un crecimiento de 122% en el
último año, con la activación de sobre 1,700 miembros anfitriones que rentan casas,
apartamentos o habitaciones. Una actividad que generó a los anfitriones un total de
$18.5 millones en ingresos.

Según la empresa, el ingreso anual de un anfitrión típico en Puerto Rico alcanza los
$6,200, con un promedio en las reservaciones de 3.7 noches, a una tarifa aproximada
de $130 por noche.

Sobre Uber todavía no hay cifras de impacto económico que respalden su prematura
operación en la Isla. La empresa tecnológica ha dicho que hasta el lunes, ii de julio,
su primer día de operaciones en la Isla, contaba con 9,500 conductores registrados,
realizando durante las primeras ii horas de esta jornada inicial unos 2,900 viajes.

Vital para la innovación
El director de investigaciones de Foundation for Puerto Rico, Arnaldo Cruz, señaló la
importancia del caso de Uber en Puerto Rico, en cuanto al manejo de la
reglamentación y las políticas que finalmente adopte el Gobierno, ya que serán
determinantes en la apertura y el desarrollo a propuestas innovadoras en torno a la
economía colaborativa, así como en la promoción del emprenderismo de los
puertorriqueños.

“Lo que pase ahora con el transporte terrestre (con las ERT) será crítico para el
futuro de Puerto Rico. Si el resultado es que se va a regular a estas compañías de la
misma manera que se regula a las compañías existentes, estaremos tomando una
decisión como sociedad donde se le limitará el paso a la innovación. El Gobierno se
tiene que atemperar a la innovación, no puede ser de la forma inversa”, puntualizó
Cruz.

Según el portavoz, lo que pase con el modelo de transportación colaborativa será
determinante para que otros puertorriqueños puedan identificar oportunidades de
negocios basados en la creación de plataformas digitales dirigidas al intercambio de
bienes y servicios entre consumidores. Sostuvo que se trata de una propuesta
diferente e innovadora que como tal amerita un marco regulatorio distinto que esté a
la par con su modelo de servicios.

De hecho, el investigador señaló que ya existe un caso de una aplicación local para la
prestación de servicios de guías turísticos y de la cual se podría beneficiar a la
industria turística en general. Agregó que los creadores de esa aplicación están
atentos a lo que pueda ocurrir con las ERT. Esto ya que su aplicación viabiliza un
servicio similar al que brindan los guías turísticos, quienes, al igual que los taxis
turísticos, son regulados por la Compañía de Turismo.

En el caso específico de Uber, la fundación sin fines de lucro detalla que “el regular a
estas empresas como productos existentes resultará contraproducente y no producirá
cambios significativos en el mercado actual de transportación terrestre”.
A pesar de lo expresado por los taxistas, que alegan que entrarán en una desventaja
competitiva al tener dos marcos regulatorios cobijando el mercado de transportación,
la posición de la entidad es que la solución no puede ser castigar a la innovación
aplicándole la regulación existente a las empresas de red de transporte, sino el
atemperar la regulación existente para que esté alineada con la innovación y los
mejores intereses del consumidor.

Barrera de la regulación
Según expone el estudio realizado por Foundation for Puerto Rico, una de las
barreras principales para que haya un mayor número de transportistas como taxis en
las ciudades o países tiene que ver con las mismas barreras de regulación que
imponen los gobiernos. Sobre esto Cruz mencionó que en el caso de Puerto Rico, las
áreas turísticas identificadas por el Gobierno solo están en la zona metropolitana,una determinación que restringe el acceso de transportación a solo éstas áreas,
discriminando de cierta manera con el resto de la Isla. “Por qué solo estas áreas
cuando en realidad todo Puerto Rico se pudiera considerar turístico”, dijo.

La entidad expone que con estas prácticas el Gobierno afecta directamente el acceso
a la transportación terrestre, razón por la cual se hace dificil conseguir o hasta ver un
taxi en áreas no turísticas en Puerto Rico. “Esa misma pregunta se la han hecho los
neoyorquinos por muchos años, particularmente en las horas pico. Muchos
economistas se han hecho esta misma pregunta y se han dado a la tarea de estudiar
esta problemática. El principal reto con el servicio de taxis en muchas partes del
mundo comienza con la escasez de la oferta, es decir, la poca cantidad de taxis en el
mercado relativo a la demanda por el servicio”, expone la publicación.

Por ejemplo, en el 1986 habían 19,000 taxis negros en Londres, mientras que en el
2015 la cantidad de taxis aumentó a 22,500, un incremento de un 18%, se indica en el
informe. Sin embargo, la población durante ese mismo periodo en Londres aumentó
un 32%. Con la entrada de Uber en el 2012, y analizando el efecto que tiene la
expansión de la oferta en el mercado, se han sumado unos 25,000 conductores a su
plataforma. Por lo que ahora mismo, en Londres hay más conductores de Uber que
taxistas. Estadísticas presentadas exponen que un aproximado de 30,000 personas
bajan la plataforma de Uber a su teléfono semanalmente.

Otro ejemplo es el caso de Nueva York, donde en el 1931 habían unas 21,000
licencias de taxi en la ciudad, cantidad que con los años ha disminuido a tan solo
13,500, aproximadamente. Esto, tomando en consideración un incremento en la
población durante ese periodo de más de 1 millón de personas. Ahora mismo en la
ciudad de Nueva York, al igual que Londres, hay más conductores activos en la
plataforma de Uber que taxistas con demanda de trabajo para todos.

Estos casos no son los únicos ya que a nivel mundial Uber ha logrado replicar
exitosamente su modelo de negocio, logrando presencia en sobre 70 países y 478
ciudades, incluyendo San Juan, y donde se valida la existencia de una demanda por
estos como estos.

Una realidad distinta
El economista y catedrático de la Universidad Interamericana Antonio Fernós
Sagebién explicó que el modo de operar de empresas que participan de la economía
colaborativa, como el caso de Uber, retrata una realidad distinta a lo que es el modelo
de trabajo tradicional, donde los empleados trabajan con un contrato de horas
específicas, con ciertos beneficios y bajo las condiciones impuestas por su empleador.

“Esto es una versión de cómo existen diferentes tipos de relaciones contractuales de
empleo y cuentapropismo (trabajo por cuenta propia). Es más una estructura laboral
estilo franquicia. Fijate que en Uber como cuentapropista la persona utiliza sus
mismos medios de producción: su carro. No necesitas nada adicional. Pones a
disposición tus propios activos para ser parte de la oferta de transportación a
individuos”, detalló Fernós Sagebién.

El economista estableció que a diferencia del modelo que utilizan los taxistas, donde
se opera bajo una cadena de mando con una persona como dueño del auto y una
segunda o tercera que lo operan, en Uber esa distribución en la operación se colapsa
y el costo de operar se hace mucho más económico. Una dinámica que permite que
este modelo de economía colaborativa sea más accesible a todos los públicos.

Claro está, explicó que se trata de modelos donde se hace dificil calcular el impacto
económico. Mencionó que está seguro que en el caso de Uber y Puerto Rico, no será
“la panacea”, pero sí una alternativa para las personas desempleadas que quieran
generar ingresos inmediatos o para aquellos que deseen generar dinero adicional.

“Uber sí es una alternativa para aquellas personas que no tengan acceso a un trabajo
en su profesión, sea un abogado, un economista o un arquitecto. Esto pudiese ser una
alternativa para los que no tienen trabajo y aumentar la cantidad de la fuerza
trabaj adora. Mientras, en la medida que esto tenga más volumen se consumirá más
gasolina, se invertirá en gastos de mantenimiento de vehículos y se generará un
impacto directo a la economía del País”, aseguró.

Uber no resuelve todo
Por su parte, para el también economista José Caraballo Cueto, opinó que la llegada
de Uber no va a resolver el problema de transportación que hay en Puerto Rico,
máxime en las áreas nirales donde las existe una carencia absoluta de sistemas de
transportación colectiva en general.

“Para mí Uber es como un intermediario, como lo es una agencia de colocación de
empleo. Ellos vienen siendo una especie de empresa coordinadora que pone en
contacto las dos partes (conductores y usuarios), pero no resuelve el problema de
transportación colectiva aue existe en este País, principalmente fuera de la zona
metropolitana”, explicó el también profesor de la Universidad de Puerto Rico
Reciento de Cayey.

“El modelo de Uber no es uno de transportación pública”, enfatizó.
Caraballo Cueto entiende que se trata de una nueva forma de hacer negocio pero que
debe estar regulada para garantizar la seguridad pública y evitar que las doctrinas del
capitalismo desemboquen en una crisis. “El capitalismo lo que trae son crisis y puede
pasar lo que pasó en el 2008 en Estados Unidos con la crisis financiera. Un solo
escándalo que salga al aire puede tener consecuencias nefastas. La regulación logra,
precisamente, el bien para los ciudadanos y las personas que trabajan en esa
industria”, puntualizó.

Mientras, Foundation for Puerto Rico concluye en su escrito que las guías que las
reglas que usen a los gobiernos para regular los servicios que se ofrecen bajo el
modelo de economía colaborativa, deben estar amparados en la protección del
consumidor. “El éxito de Uber y demás empresas de red de transporte en todas estas
ciudades ha probado que el gobierno no siempre vela por los mejores intereses del
consumidor, y silos tiene, no posee la capacidad de estar a la par con los modelos
innovadores que traen nuevos beneficios al mercado”, subrayaron.

A su juicio, son los consumidores los que han escogido los servicios de red de
transporte sobre el taxi regulado en las distintas ciudades, por lo que el gobierno no
debería entorpecer ese proceso con la justificación de que quiere protegerlos.



El inicio de las operaciones de Uber en Puerto Rico pudo haber sentado las pautas para el desarrollo de una nueva forma de hacer negocios
Por Yalixa Rivera Cruz
Atropellado arranque de la economía colaborativa

0 Comments:

Post a Comment

<< Home